sábado, 26 de octubre de 2013

¡Sonríe!

Sonríe, porque eres tú; sonríe, por ese amor tan tuyo y que llevas dentro; 
sonríe, aunque la vida te lo niegue;
 sonríe, porque la vida es un momento; sonríe, porque mañana podrás estar muerto; sonríe, a pesar del sufrimiento… Sonríe, aunque el amor te sea negado; sonríe, 
si el amor no has encontrado; sonríe; al mirarte al espejo; 
sonríe, porque no hay nada que te envidien; sonríe, aunque te digan que no puedes;
 sonríe, aunque la vida te dé la espalda…
Sonríe, por todo aquello que te hace falta; 
sonríe, si crees que nadie te valora; sonríe, si a nadie le haces falta;
 sonríe, si alguna vez un favor te fue negado; sonríe, si un amigo te ha olvidado; 
sonríe, si hoy te sientes triste; sonríe, si tu enemigo te maldice; 
sonríe, y veras que el mundo es diferente; 
sonríe, y serás fuerte; ¡por qué la vida esta en ti! 
¡Por qué la vida eres tú!

Juventud

Somos fuertes, jóvenes e inteligentes, pero muchos no escuchamos nuestro interior, somos inmaduros y no prestamos atención. A veces me descontenta ver en muchos de mis amigos, no mayores de 20, la apatía en cada día, el desgano por vivir. Quisiera tener en mis manos una receta que nos ayude cada instante a despertar, y lo digo porque muchos se desconectan de la verdadera realidad, refugiándose en una fantasía que a ningún lado los llevará.
Yo comprendo que el mundo está un poco sofocante, pero el mejor remedio para refrescarse es saberlo enfrentar. No quiero considerarme una joven cobarde, si así fuera las caídas me tuvieran bajo tierra, pero aquí estoy, sonriente y abriendo la puerta a las oportunidades que te da la vida.
Por ser jóvenes creemos saber lo que es malo y bueno, pero debemos como complemento los consejos que se atraviesen escuchar.
Es cierto, siempre debes analizar y recuerda que cuando caemos es para no perder la sensibilidad. He visto en la juventud que me rodea, tristeza, complejos, falta de aceptación, Y ni hablar de la inmadurez que a muchos les invade el corazón. A veces he pensado que anticuada seré yo, porque no fumo, no bebo, yo utilizo mi razón, tengo sano el corazón y la conciencia y no he perdido la visión.
Y a los jóvenes de hoy no les interesa del todo lo que para el mañana representa su formación. Y los países se vuelcan en el barranco de la recesión porque las semillas no crecen, no miran al sol, es un terreno abandonado que lo invade la ignorancia y la mediocridad. ¿Dónde está el verdadero sentido de la vida? Ahora me pregunto yo. Cuando yo considero que alimentar nuestros conocimientos, demostrar lo que eres sin represión, salir adelante con esmero, caminar siempre cuidando el resbalón,

Es lo que te da verdaderamente el empujón para construir piezas nuevas forjando un destino mejor. ¿Dónde está la fuerza de la juventud, sus habilidades, su imaginación? Soy una joven de 19 años que les escribe desde el interior, para recordarles que con los años muchos se arrepienten de lo que hoy día son. El detalle de la vida se oculta en ir cultivando tu interior, que tú eres importante, tú vales, eres lo mejor.

Que somos seres humanos triunfantes, alimenta el corazón.
Ahora escucha un consejo de alguien que tiene poco recorrido, pero que el mismo le ha permitido crecer y madurar. Yo antes no encontraba el sentido a muchas cosas en mí alrededor.
Y aprendí a ver a este mundo sombrío y la impotencia fragmentaba lo que soy, pero no olvidaba que existo, soy ser humano como todos, y que podemos ser mejor.
No dejarse abatir por los problemas, debemos jugar con ellos para ganar, no dejarse derrotar por la tristeza ¡comiendo chocolate se espantará!
Disfruta cada noche con tus amigos, cuida tu cuerpo y no dejes tu mente volar, Recuerda que el que pisa bien la tierra, su terreno en la vida ha de asegurar.
Simplemente porque somos jóvenes debemos agradecer, que tenemos un camino por delante que es importante para aprender. No desperdicies ni un instante, acepta que debes fortalecer tu integridad como persona, revalorizar tu cultura, quererte cada día más y los demás. Así verás que un día enseñarás al mañana como se llega a crecer y cómo descubriste el camino de la victoria, del éxito y del renacer.

Y tu... de qué te quejas..??

Desnutrición infantil. (Ojo, contiene imágenes fuertes, pero reales)

Arqueología Prohibida: Descubrimientos Incómodos para la Ciencia (1 de 1)

EL TREN DE LA VIDA
Hace tiempo. leí un libro que comparaba la vida con un viaje en tren. Una lectura extremadamente interesante, cuando es bien interpretada.
La vida no es más que un viaje en tren, repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos casos y de profundas tristezas en otros. Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas, las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje (nuestros padres).
Lamentablemente la verdad es otra. Ellos se bajarán en alguna estación dejándonos huérfanos de su cariño, amistad y su compañía irreemplazable.
No obstante, esto no impide que se suban otras personas que serán muy especiales para nosotros. Llegan nuestros hermanos, amigos y esos amores maravillosos.
De las personas que toman este tren, habrá también los que lo hagan como un simple paseo. Otros encontrarán solamente tristeza en el viaje. Y habrá otros que, circulando por el tren, estarán siempre listos en ayudar a quien lo necesite. Muchos al bajar, dejarán una añoranza permanente. Otros pasarán desapercibidos, que ni siquiera nos daremos cuenta que desocuparon el asiento.
Es curioso que algunos pasajeros, quienes nos son más queridos, se acomodan en vagones distintos al nuestro. Por lo tanto, se nos obliga hacer el trayecto separados de ellos. Desde luego, no se nos impide que durante el viaje, recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos. Pero lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado pues habrá otra persona ocupando el asiento. No importa; el viaje se hace de este modo: lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas… Pero nunca habrá regresos.
Entonces hagamos este viaje de la mejor manera posible. Tratemos de relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno lo mejor de ellos. Recordemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos. Nosotros también titubearemos y habrá alguien que nos comprenda.
El gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en qué estación bajaremos y mucho menos dónde bajarán nuestros compañeros, ni siquiera el que está sentado en el asiento de al lado.
Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia… creo que sí.
Separarme de algunos amigos de los que hice en el viaje será doloroso. Dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que, en algún momento, llegaré a la estación principal y tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían cuando embarcaron. Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré con que el equipaje creciera y se hiciera valioso.
Amigo mío, hagamos que nuestra estancia en este tren sea tranquila y que haya valido la pena.
Hagamos tanto, para que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje añoranza y lindos recuerdos a los que permanezcan en el viaje.
A ti, que eres parte de mi tren, te deseo un… ¡¡¡Feliz viaje!!!.